Los científicos han confirmado que el chocolate contiene una enzima que puede activar los centros de placer del cerebro de una manera similar al efecto que el sexo tiene en el cerebro. es por eso que cuando estás demasiado cansado para uno, es probable que busques el otro: «No esta noche, cariño, tendré un beso de Hershey en su lugar». Visita nuestra pagina de Sexshop online y ver nuestros productos calientes.
Pero, ¿y si no estás cansado? ¿Qué pasa si simplemente estás aburrido o no estás interesado en una vida sexual que no es lo que habías imaginado? Puede cambiar el rumbo, pero se necesita más que solo evitar el pasillo de dulces en el supermercado. Hemos reunido una lista de las cinco barreras más comunes para una vida sexual saludable, y cómo superarlas.
- Pensamientos negativos o contraproducentes sobre el sexo. Estos pensamientos pueden provenir de cualquier lugar (por ejemplo, su infancia, religión, experiencias sexuales pasadas, etc.) y realmente pueden afectar su sexualidad. Algunos de nosotros crecemos pensando que el sexo es sucio o pecaminoso, mientras que a otros se les enseña a avergonzarse de sus cuerpos. Si tienes pensamientos negativos sobre el sexo, están obligados a afectar tu comportamiento sexual, así que asegúrate de superarlos.
La verdad es que el sexo no es sucio. De hecho, ¡los médicos están de acuerdo en que es saludable! Es bueno para su sistema cardiovascular, alivia el estrés e incluso ayuda a combatir enfermedades al aumentar las defensas naturales de su cuerpo. El sexo también es un buen ejercicio, quemando tantas calorías como jugar un set de tenis. Desarrolle actitudes más saludables sobre el sexo con su pareja y elimine esos pensamientos negativos y contraproducentes.
- Centrarse únicamente en el rendimiento. Cuando eres demasiado consciente de tu desempeño durante el sexo (¿me estoy moviendo de la manera correcta? ¿Estoy haciendo sonidos que lo excitan?), te estás presionando indebidamente a ti mismo, presión que puede afectar negativamente tu sexualidad y conducir a profecías autocumplidas.
Recuerda, tu cuerpo no es perfecto (¡nadie lo es!), y no «funcionará» perfectamente todo el tiempo. Esperar la perfección en su desempeño sexual solo conducirá a la frustración y la decepción. En cambio, concéntrese en la diversión y el placer del sexo, la intimidad con su pareja y la alegría de complacerse mutuamente.
- No ser dueño de tu sexualidad. La frase «conócete a ti mismo» se aplica perfectamente a tu sexualidad. Si no sabes lo que se siente bien y cómo llegar al orgasmo, ¿cómo puede hacerlo tu pareja? No tengas miedo de conocer tu cuerpo, reconocer lo que te hace sentir bien y reconocer tus deseos sexuales. No hay nada vergonzoso en este tipo de autoconciencia.
Además, no dude en compartir sus deseos con su pareja, y absténgase de culpar a su pareja por problemas sexuales, especialmente antes de examinarse a sí mismo. Señalar con el dedo puede parecer la salida fácil, pero la verdad es que se necesitan dos para bailar tango.
- No hablar con tu pareja sobre sexo. Como terapeutas, siempre nos sorprende la cantidad de personas que se sienten cómodas teniendo relaciones sexuales (de hecho, mucho sexo) pero se sienten incómodas hablando de sexo. Es como si hubiera una regla tácita: «Hazlo pero no hables de ello». Si te sientes lo suficientemente cómodo como para tener una relación sexual con tu pareja, debes sentirte lo suficientemente cómodo como para hablar abiertamente con tu pareja sobre el sexo. Establecer un diálogo. Comparte las cosas que te gustan, acentúa lo positivo y minimiza lo negativo. Haz que tu pareja se sienta bien con el sexo que tienen juntos, y tu pareja querrá hacerte sentir bien haciendo las cosas que más disfrutas.