¿Recuerdas en la escuela secundaria cuando la única penetración que conocías era un dedo y realmente se sentía bastante bien? ¡O, al menos, algunas veces! Visita nuestra pagina de Sexshop y ver nuestros productos calientes.
Luego crecimos, y experimentamos lo real y otras formas de juegos previos, como el sexo oral, y todo el asunto de la digitación cayó en su mayoría al borde del camino.
Cuanto más viejo te hacías, más te preocupaban cosas como ser arañado por uñas excesivamente largas y el estado sanitario de dichas uñas (o manos y dedos en su conjunto), sin importar lo bien que tuviera el potencial de sentirse.
Pero aún así, como mujer adulta, descubres que siempre hay un tipo que recurre al dedo.
Tal vez sea solo parte de su burla de juegos previos, o es su forma de evitar mejores juegos previos; Cualquiera que sea el caso, su vagina está obligada a encontrarse con un dedo de vez en cuando.
Pensé que podría ser interesante ver cómo se sienten realmente las mujeres acerca de ser señaladas, y como he escuchado muchas quejas sobre que se hace mal, incluso les pregunté cómo tocar con el dedo a una chica … correctamente.
Esto es lo que tenían que decir (sigan leyendo chicos, porque pueden estar perdiendo el tiempo con los juegos previos con los dedos).
- «Meh y no. Es raro, como una prueba de Papanicolaou un poco más sexy. Nadie sabe cómo hacerlo y es un no para mí». —K. Illes
- «Hace que sea más fácil para el pene entrar después.» —A. Levy
- «Podría prescindir de él, no estoy seguro de la manera correcta, pero sé cuál es el camino equivocado: cuando intentas ‘golpear con el dedo’ a alguien que es un no-no». —J. Jackson
- «Um. Personalmente, solo me gusta cerca de mi área de hoyo y no en mi clítoris real … pero, la única vez que les permito penetrarme es si me están comiendo». —B. Caudel
- «Solo es aceptable si es un calentamiento para algo mejor, como el sexo anal. No necesariamente tocando mi trasero tampoco, pero eso también se siente bien. Dondequiera que lo hagas, asegúrate de que tu uña no me corte las entrañas». —K. Daniels