Maneras en que los hombres pueden tomar medidas inspiradas para crear amor en tu vida

La acción inspirada es dar pasos hacia una meta. Cuando estás tomando una acción inspirada, se siente increíble. Es emocionante estar «en el flujo» y estar infundido con energía positiva. La inspiración nunca es pesada ni pesada. No te sentirás plagado de «deberías» o como si estuvieras abrumado por la obligación de tomar ciertas medidas. Da Vinci no se sentía abrumado cuando pintó La Última Cena, sino que estaba tomando medidas inspiradas. Estaba en el flujo de su verdadero y genial yo. Visita nuestra pagina de Consoladores y ver nuestros nuevos productos que te sorprenderán!

Cuando tomamos medidas inspiradas, estamos alineados con nuestro auténtico yo. Podemos usar ese principio de acción inspirada para manifestar amor en nuestra vida.

¿Cuál es la fuente de inspiración? La respuesta es sencilla: TÚ. Es tu propia visión, sabiduría e intuición lo que guía tu acción inspirada.

Entonces, ¿cómo se aprovecha?
Tiempo y espacio. Es decir, asegúrate de permitirte el tiempo y el espacio para escuchar tus propios pensamientos, comprenderte a ti mismo, alinearte con tu verdadero yo, no con una versión creada, artificial y socialmente alterada de ti. ¿Qué quieres en tu vida? Cuando piensas en el amor, ¿qué ves? ¿Cómo es ese amor? ¿Cómo se siente ese amor? No hagas esto sobre la marcha. Siéntate en un lugar cómodo y pasa un rato contigo mismo.
Visita el núcleo. Tu núcleo, donde residen tus valores fundamentales esenciales, donde te sientes alineado con tu propio bien supremo. Vivir en ese lugar donde los fundamentos de ti son claros y están presentes es la forma de aprovechar tu propia inspiración.
Siente tu visión. Cuando veas que algo surge en tu mente, entra en ello por completo y siéntelo por completo. ¿Qué estás haciendo, sintiendo, queriendo en esa visión? Cuanto más genuino se vuelve para ti en tus pensamientos, cuanto más puedes sentirlo en tu cuerpo, más probable es que se vuelva real.
Tomar medidas inspiradas:

  1. ¡Hazlo!
    Estar inspirado no vale mucho si no actúas. Da Vinci tomó su pincel y pintó un montón de cuadros. No solo por la idea, sino por la diligencia debida…
  2. Pruebe algo nuevo.
    Sí, sal de tu zona de confort. Lo que has hecho en el pasado no te ha dado el resultado que deseas, ¿verdad? ¿Qué hay que perder? No mucho. ¿Qué se gana? Todo lo que es delicioso.
  3. Déjalo ir.
    Es decir, de control. No tienes que conocer cada paso antes de darlo. La inspiración tiene mucho que ver con la confianza y con lanzarse al abismo de lo desconocido. ¡Aterrador, pero también tan emocionante!
  4. Confía en ti mismo.
    Tomarás las decisiones correctas a medida que avanzas. Cuando hay que tomar una decisión, dar el siguiente paso, emprender un camino, confía en que sabrás qué hacer. Tu conocimiento interno te guiará…
  5. Mantente abierto a la posibilidad.
    Deshazte del pensamiento blanco o negro. Eso significa reajustar las expectativas. No pretendo rebajar sus estándares. Te mereces a alguien maravilloso a quien amar y que te ame. Pero, por ejemplo, si estás esperando a la morena bien formada, es posible que no te des cuenta de la mujer de tus sueños cuando aparezca en un paquete diferente. Al ser abierto, te enfocarás más en cómo te sientes en presencia de alguien que en las cosas superficiales. Estar abierto a la posibilidad también significa que cualquier plan que hagas debe dejar espacio para las variables de la vida. Solo abre tu corazón y tu mente y mira qué relámpagos aparecen para deslumbrarte.
  6. No trates de controlar el resultado.
    Nadie que descubra, invente o cree algo asombroso puede hacerlo si trata de controlar el resultado. Las respuestas vendrán solo si no tratas de controlar cómo o cuándo aparecen.

Solo tú sabes lo que quieres y necesitas en tu vida y solo tú puedes tomar la acción inspirada para hacerlo realidad. Pero pase lo que pase… Toma esa acción.

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